En los últimos años, la psicología ha experimentado un crecimiento exponencial en términos de demanda de formación, lo que se ha reflejado en el aumento de programas académicos y, por supuesto, en el número de estudiantes de psicología en todo el mundo, superando millones. Este incremento ha generado una respuesta de la profesión a una creciente cantidad de exigencias por parte de las sociedades hacia la psicología como disciplina. La influencia de la psicología se ha multiplicado, abarcando una diversidad de campos, convirtiéndose así en una interdisciplina en constante expansión. Además, la comunicación multidisciplinaria ha ampliado los ámbitos de investigación y aplicación, generando diálogos con otras disciplinas y enriqueciendo aún más su complejo universo de conocimiento. Esta evolución se ha manifestado en el desarrollo de teorías y metodologías que contribuyen a campos transdisciplinarios.
Ante estos desafíos, la psicología ha respondido intentando definir competencias básicas de formación a nivel internacional, como el grupo internacional de competencias en psicología, así como numerosas iniciativas a nivel nacional y regional. Estas iniciativas buscan definir competencias que no solo abarquen aspectos laborales, sino también legales, con el objetivo de que la formación en psicología pueda adaptarse a estas complejas dinámicas. Estas iniciativas están vinculadas a la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, los cuales buscan garantizar el cumplimiento de los derechos humanos. En esta presentación, se abordará cómo la psicología puede enfrentar los retos y desafíos asociados con los ODS, tanto desde la perspectiva de las competencias de formación como desde los desarrollos de investigación, así como las dinámicas éticas y legales de una psicología aplicada que ha experimentado una expansión vinculada al quehacer de los profesionales en esta área.