Las profesiones que implican un cuidado y/o acompañamiento de los demás requieren un vínculo que se establece entre personas. Esas conexiones conectan lo más íntimo de nosotros mismos con la realidad de nuestros alumnos y sus familias. En esta conexión, se conectan vulnerabilidades y eso puede dejar al docente cansado, extenuado y con un “mogollón emocional” que afecte de forma significativa su vida. En este proceso, se puede tratar de incluir todo, querer a nuestros alumnos de forma genuina, pero protegiéndonos a nosotros mismos. Se abordarán en este taller los conceptos de: acompañamiento, espacios de gestión emocional, culpa y recursos.